lunes, 13 de febrero de 2017

Enfermedad de McArdle

U723 CIBERER. Grupo de Enfermedades Mitocondriales y Neurometabólicas. Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre (i+12). Madrid.


«Los afectados no pueden disponer de la energía almacenada en el músculo y eso los hace intolerantes al ejercicio físico» 
Dr. Joaquín Arenas Barbero


En los pacientes con la enfermedad como consecuencia de mutaciones en el gen PYGM que codifica la isoforma muscular de la glucógeno fosforilasa o miofosforilasa, se produce un bloqueo en el primer paso de la glucogenolisis muscular, provocando una intolerancia a las contracciones musculares isométricas (vía anaeróbica) y también a los ejercicios dinámicos o aerobios (vía aeróbica)



























La enfermedad de McArdle o Glucogenosis tipo V (GSDV), OMIM: 232600, es una de las enfermedades que afectan al músculo (miopatías) metabólicas hereditarias más frecuentes (la sufren aproximadamente 1 de cada 150.000 personas en España). Los pacientes no pueden disponer de la glucosa almacenada en forma de glucógeno, combustible necesario para la actividad muscular. La causa es la deficiencia de la forma muscular de la enzima glucógeno fosforilasa o miofosforilasa.

El glucógeno sirve para almacenar la glucosa en el músculo y no es más que muchas moléculas de glucosa unidas entre sí. Para volver a disponer de la glucosa es necesario romper el glucógeno en un proceso llamado glucogenolisis muscular. Los pacientes suelen sufrir intolerancia al ejercicio (fatigabilidad, calambres, dolor muscular), e incluso dificultad para realizar tareas simples de la vida diaria. Algunos de ellos (50%) presentan episodios de orinas de color oscuro (presencia de la proteína muscular mioglobina en orina). Los pacientes refieren una mejoría de sus molestias si disminuyen el umbral de la actividad física o hacen un descanso cuando empiezan los primeros síntomas, (fenómeno de “segundo aliento”), permitiendo al paciente continuar realizando ejercicio durante más tiempo. Estos pacientes suelen comenzar los síntomas en la infancia, sin embargo el diagnóstico suele ser en la juventud o edad adulta.


Se trata de una enfermedad genética que se trasmite en las familias de manera recesiva (es necesario que se herede de los dos padres para que se manifieste la enfermedad) y es causada por mutaciones en el gen PYGM. En la actualidad se conocen más de 150 mutaciones diferentes. El diagnóstico genético-molecular es actualmente la estrategia más efectiva. 

Se han utilizado intervenciones nutricionales y programas de ejercicio físico que han proporcionado una mejora significativa de la capacidad física de estos pacientes.

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