jueves, 7 de abril de 2016

Déficit de Q10

Universidad Pablo de Olavide. Sevilla.

«La dieta suplementada con coenzima Q10 es la única terapia efectiva para los afectados.» 

Dr. Plácido Navas Lloret



Papel del Coenzima Q10 en la producción de energía en la mitocondria


Las enfermedades mitocondriales son un grupo heterogéneo de patologías cuyo nexo de unión es la disfunción de la mitocondria, un orgánulo intracelular que provee de energía a nuestras células, por lo que suelen verse afectados aquellos sistemas y órganos con mayor gasto energético.

Desde Sevilla, el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD cofinanciado por el CSIC, la UPO y la Junta de Andalucía) está estrechamente implicado en la investigación de las Enfermedades Raras Mitocondriales a través del grupo de investigación encabezado por el catedrático Plácido Navas Lloret, que a su vez se encuentra integrado dentro de la estructura de investigación en red del CIBERER. La investigación del grupo del Dr. Navas está centrada en aquellas patologías que cursan con niveles muy bajos de coenzima Q (Q10), un componente celular esencial para la producción de energía útil en el organismo, entre otras funciones. Normalmente, muchas de las mutaciones causan ataxia, un defecto en el cerebelo que deriva en muerte neuronal, perdiendo la coordinación de movimiento, aunque también pueden verse dañadas otras funciones como la respiración, la audición, la función renal o la deglución. 

En los últimos años la investigación del grupo ha conseguido resultados muy destacables. Se han caracterizado mutaciones en pacientes que causan deficiencia de coenzima Q, como el gen ADCK2, del que se ha establecido un modelo en ratón. Es destacable la participación en el proyecto coordinado por la Universidad de Harvard y el Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA) de Baltimore (publicado en Nature en el 2006) donde se detectaron moléculas naturales que pueden modificar o mejorar la producción del coenzima Q, como es el caso del Resveratrol. Otra de las líneas abiertas se centra en encontrar nuevos suplementos nutricionales o productos naturales, que permitan modular o incrementar la producción de Q10. Sólo existe un tratamiento posible: suplementar la dieta con Q10 que, por desgracia, sigue sin ser reconocido como un medicamento aunque es una ayuda sustancial para los afectados.

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